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PoR QUÉ PADECES ¡purgatorio, (q11e esta es r,oca pa!abra para expresar lo que allí se ve y se siente) sino en un verdadero in– fierno; y como del infierno huyen muchas veces algunos de sus individuos a respirar en la calle, en compafiía ,<!1,e personas extrañas, los aires de paz de que no dis– frutan en su casa. Y ¿cuál es la causa que produce una situación tan violenta? ¿Quién perturba ese escenario de verdadeto amor? ¿Por qué huye la tranquilidad de tantos hogares? Sencillamente, por falta de religión. La paz es en las almas fruto necesario e infalible de la v.irtud, es decir, de la buena voluntad, a la cual le está prometida por Dio:;; y la buena voluntad del hombre, solamente la religión puede formarla. ¿En qué motivo se ha de fundar par¿¡ tener pacien– .cia y, por consiguiente, mantener la calma en sus con– tratiempos el que no cree en Dios, u observa una con– ducta desordenada, lo mismo que si El no existiera? Semejantes almas viven a merced de las contingen– das variables de la vida. Son ooino embarcaciones sin motor y.sin piloto, que ,están tranquilas cuando e5tá tranquilo ti mar, y se agi– tan cuando el mar está agitado, porque son las olas las ,que mandan en el barco, y no el barco en ellas. · Esta afirmación y esta s~mejanza son aplicables a todos, lo mismo a los individuos que a la sociedad; y ,por tanto, también a la sociedad doméstica. Por eso, la familia no informada por las virtudes

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