BCCCAP00000000000000000000612

POR QUÉ PADECES 61 «Por tí, Señor, debes decir muchas veces al em– prender una obra de caridad, por tí trabajo, predico tu santa palabra, escribo, oigo confesiones y me dedico a mejorar las costumbres del pueblo que me has enco~ mendado. · Por tí recorro las dependencias de este edificio don– de el dolor se ha refugiado, y. barro los suelos y voy de cama en cama sirviendo a los enfermos los alimentos. Por tí catequizo . a los niflos y alargo la mano para dar una limosna a este mendigo que me la pide en me• dio de la calle. Por ti guiso por mí mismo la comida que se ha de llevar a aquella familia necesitada. · Por tí subo las escaleras de. esta casa para llegar a la guardilla, y prodigar socorro y consuelo a seres que, aunque pobres y desgraciados, son sin embargo her– manos míos; por tí, Dios mío, y solo por tí, y ahora ... ¡vengan ingratitudes, que ni conmoverán mi corazón, ni enfriarán el amor fraternal que siento en el, ni para– lizarán mis manos y pies para que no busquen y alivien las miserias humanas, porque he puesto ya mi tesoro en lugar seguro y al abrigo de los datdos del desagrade– cimiento.» Hazlo así, hermano mío, y no tengas un motivo me• nos grande que Dios en tus obras de caridad. Conozco muchas personas que, aleccionadas por la experiencia de la vida, se han refugiado en esas re– giones altas del espíritu; y por eso ejercitan los actos

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz