BCCCAP00000000000000000000612

POR QUÉ PADECES 49 Procúrate, con el amor y las buenas obras, la amistad dej esucristo. Escrito está: Maldito el que con/fa ene! hombre, y escrito está tambien: Dichoso el hombre que con– /ta en el Señor; Los amores humanos son como juego de nifíos. En el instante en que tú estás leyendo u oyendo leer estas palabras, miles de amistades se están for– mando, y miles de amistades &e están deshaciendo, con todo su acompaflamiento de tristezas, protestas, vacío y desencanto. Entre esas ami&tades está la tuya. ¿Por qué afligirte ni admirarte? ¿Por qué esperar del hombre, ni pedir al hombre lo que no puede dar o evitar?... Ten por cierto que si tu amigo te ha decepcionado, tú tambien has decepcionado a otras personas. Hay un aforismo que dice: rio hay hombre grande para su ayuda de cámara,- pero lo que acontece es que al poco tiempo de entrar en relaciones con los 'tle1J1ás, todos son para nosotros ayudas de cámara. El único que parece siempre lo que es, y tanto más grande, y más bueno y más fiel, cuanto más se le trata, es Jesucristo. Tu co~azón, hermano mío, no se despedirá segura– mente de volver a intimar con otras criaturas. Ni Dios te impone esa obligacióp, siendo las amis-. tades inocentes; pero yo quisiera que, come un recuer– do y una enseflanza de esa infidelidad de que te lamen- 4

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz