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22 POR QUÉ PADECES locaustos, y sobre todo el enfermo mismo, que es la imagen viva de un Dios paciente. Porque te advierto, querido hermano, que f;I dolor unido con el amor forma una mixtura tan sublime, que no quiso Dios privarse de poseer la gran:leza moral es– tupenda que eso representa, y descendió a este mundo y fué uno de los habitantes de este valle de lágrimas y se sometió a las leyes de la naturaleza, a fin de que eternamente pudiésemos pregonar de El lo que hoy pregonamos y cantamos, para su gloria: ¡ Dios ha pa– decido, Dios ha agonizado, Dios ha muerto! Creeme, hermano mío, estás haciendo una vida mo– ral intensa, porque un año de enfermedad representa muchos años de vida, por la gran superproducción es– piritual que ella lleva consigo. Aprovéchate, te suplico, de estos días preciosos de tu existencia. ¿No tienes cuentas pendientes con Dios por los pe– cados que has cometido? Pues la enfermedad es la gran Bula de Composición, para satisfacer grandes deudas con pequeñas cantidades. ¿No quieres asegurar tu salvación y adquirir gran– des méritos para el cielo? Pues tus dolores, tus triste– zas y esos ratos de soledad que, sin duda, pasas, aun estando bien atendido, son una fuente fecunda de me– recimientos. Yno necesitas para adquirirlos ejecutar ningún acto exterior, ni mover los labios siquiera; te basta firmar