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162 PoR QUÉ PADECES La noche que nos envuelve ahora está llamada a romperse pronto en cien cataratas de luz. Dentro de poco los que ahor~ te persiguen ya no te perseguirán, la calumnia que te deshonra y atormen– ta, se disipará; tus dolores se convertirán en placer, tu pobreza en riqueza, iu enfermedad en salud inquebran– table, tu vejez en juventud eterna y tu miseria en ina– cabable felicidad. Entonces será un hecho (y tú lo verás) lo expresa– do P-n aquellas palabras proféticas: «He aquí el taber– náculo y la habitación de Dios con los hombres. Dios morará con ellos. El será su Dios y ellos se– rán su pueblo. El mismo Dios entonces enjugará las lágrimas de sus elegidos, y ya no habrá luto, ni gemido, ni dolor alguno, porque esas cosas ha– brán pasado para no vo(ver jamás». Así sea. 111111111111 .Fin 111111111111