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POR QUE PADECES 135 Teme el pecado, singularmente el pecado mortal. Teme las penas del infierno y las del purgatorio. Y teme además (y este suele ser el pensamiento do– minante en los sermones de la muerte) teme, repito, no los sufrimientos corporales, sino las angustias del espí– ritu, que te asaltarán en las postrirrerías de tu vida consciente, si has cometido muchos pecados y no has hecho verdadera penitencia. Esto debes temer, pero no la muerte. Y en todo caso, hermano mío, si mis razones no consiguen convencerte, es lo mismo, porque llegará tu hora y el temor que en este momento sientes, desapa– recerá. Al hombre le espanta la idea de la muerte durante la vida y aún en la última enfermedad, mientras no se persuade de que es la última. Péto en cuanto le dicen las palabras del profeta Isaías: «Dispón ta casa, por que vas a morir» la muerte deja de horrorizarte, y se queda tranquilo. Y si teme, temerá otras cosas, como te he dicl10 hace un instante, pero el morirse, no. Esto les acontece a todos (así lo demuestra la expe– riencia) y eso te sucederá también a tí.

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