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POR QUÉ PADECES -------------- Ad.emás ¿no te consuela el pe,nsar que Dios, í:11 veni1r a este mundo y hacerse hermano nuestro, eligió la po– 'breza y no la riqueza, el establo y no el palacio, y que fué pobre su vestido, pobre su comida y pobres sus– padrés? Claro que Dios ama también al alma del rico ( y más• que a la tuya, si la suya es más virtuosa) pero no es ese el estado que escogió para sí, sino que ~.e alistó en las, filas de los pobres, haciéndose el primer pobre d:e la humanidad, para honrar y santificar la pobreza. · Por eso no dijo nunca Bienaventurados los ric0s,. sino ¡ay de vosotros los ricos 1/ bienavent1,Lrados Íos pobres. Ni dijo: Bienaventurados los que ríen,. sino /ali de vosotros, que reís! y ¡bienaventurados los que lloran/ Cierto es· que también fos ricos se salvan si.quie... reo salvarse; pero necesitan reaccionar fuerte y cons– tantemente contra la tentación del orgullo que brota en sus corazones con facilidad; y contra su oro y su plata,. que, aunque no es más que.fierra blanca y amarilla, como dijo un santo Padre, es tierra que se pega a los pies y embaraza la marcha por el camino del cielo. Más grandes serán sus méritos y su premio, si triun~· fa de todos esos obstáculos; pero tú, que no tropiezas– con ellos, cuentas con mayores facilidades para consee guir tu fin.

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