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CAPÍTULO PRIMERO 14. El primer capítulo de nuestra Regla no es otra cosa que una especie de pr6logo de la misma, en donde se nos manifiestan las normas generales a que hemos de atenernos en nuestra conducta y en donde el seráfico Padre coloca los dos firmísimos fundamentos. de la Or– den : Primer fundamento, ((la observancia del santo Evangelion; segundo, «la, obediencia y reverencia; a la Iglesia Romanan. Todo edificio levantado sobre estos sillares será eterno; toda inteligencia alumbrada por estos dos focos verá siempre claro en el camino de la vida. ARTICULO r.º DE LA OBSERVANCIA DEL SANTO EVANGF:l,XO TEXTO: ((La Regla y vida de los Fraíles Menores es ésta, conviene a saber: guardar el san– to Evangelio de nuestro Se-ñor Jesucristo, viviendo en obediencia, sin propio, y en castidad,n 15. Además de los preceptos comunes a todos los cristianos, hay en el santo Evangelio muchos conse– jos cuya observancia s6lo obliga a los que voluntaria– mente a observarlos se comprometieron: A tres de estos consejos evangélicos, o sea a vivir eren obedien– cia, sin Propio y en castidad)), nos comprometimos nos– otros cuando prometimos observar la Regla francisca– na. Pero, como en la misma Regla se nos habla de la ((Observ,ancia del santo Evangelio)), se pregunta : ¿ Estamós obligados a observar todo el Evangelio? 16. Va en los comienzos de la Orden debieron exis-

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