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dad hay ele tanta división, puesto que, por ejemplo, los preceptos de obediencia de los capítulos 1, V 111 y .X deben refu,nclirse en uno solo_; y los tres \iel ayu– no no constituyen más que un solo precepto, etcék– ra, etcétera. PRECEPTOS EMINENTES r. º Que tocia !a Orde11 obedezca y reverencie al Papa y a la Iglesia Romana. (Cap. I.) • 2. º Que ele ninguna manera sea lícito a los frailes salir de esta Religión. (Cap. IV.) 3. º Que de ninguna manera reciban los frailes di– neros o pecunia. (Cap. IV.) 4.º Qu,e los frailes no se apropien cosa alguna. (Ca– pítulo VI.) 5.º Que obedezcan a sus Ministros en lo que pro– metieron al Señor guardar. (Cap. X.) 6. 0 Que no tengan sospechosas compañías o conse– jos de mu,jeres. (Cap. XI.) 7. 0 Que no entren en los monasterios de-las mon– jas. (Cap. XI.) 8. 0 Que no sean compadres de varones o de muje– res. (Cap._ XI.) 9.º Que los Ministros pidan al Papa un Cardenal Protector. ,(Cap. XII.) PRECEPTOS VIRTUALES r. º Que los frailes acudan a sus Ministros para la absolución de reservados. (Cap. VII.) 2. 0 Que tengan siempre un religioso de esta Orden por Ministro General. (Cap. VIII.) 3.º Que los Provinciales y los Custodios acudan al Capítulo General. (Cap. VIII.) 4.º Que los Provinciales y los Custodios, cuando les pareciere que el Ministro General no es idóneo, estén obligados a elegir a otro. (Cap. VIII.)