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- 24- Impedimentos de la observancia 10. Pueden ser externos e internos. Entre los ex– ternos, el de :mcás fatales consecuencias es, sin. género de duda, el mal ejemplo, sobre todo si lo dan Los an– cianos y sabios en la Orden_; pero principalmente cuando lo dan los Superiores, que deben ser con sus palabras y conducta el sostén de la disciplina regular. . Es cierto, sin embargo, que a los Superiores, como tales, y a los ancianos a causa de sus ordinarios acha– ques, y a los sabios por razón de los estudios a que suelen dedica~se y negocios que suelen traer entre ma– nos, se les permiten ciertas c:iispensas que no pode– mos tomar los otros (1). Entre los impedimentos internos, el más importante y en quien se compendian los demás es la ignorancia. Ign,orancia, 11. Hay una ignorancia, siempre culpable, llamada vencible, porque podemos y debemos vencerla; es aque– lla de que, arrastrados por las pasiones, no queremos salir por no vernos precisados a obrar el bien. Hay otra llamada inculpable e invencible, y es la que existe después de haber puesto los medios condu– centes para desterrarla. ¿ Es posible entre nosotros la ignorancia invencible? 12. Categóricamente hemos de responder que difí– cilmente puede darse: r.º, porque en la Orden no se admite a ninguno que no tenga por lo menos la capa– cidad intelectual suficiente; 2.º, porque durante el noviciado deben los novicios ser diligentemente ins– truídos en todas las obligaciones que dimanan de la Regla y demás legislación (2); 3. 0 , porque los Superio- (1) Buls., n. 14, 2.º (2) C. 565, párr. 1. 0 .-Con~rit., n. 17.

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