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- r8- Ya en el siglo XVI comenzaron a invertirse los tér– minos de la definición de Regla y Constituciones, He– gando en el pasado siglo XIX la confusión a tal ex– tremo que se hizo necesaria la intervención de la San– ta Sede, ordenando que la legislación de las Congre– gaciones religiosas se llame ((Constituciones)), no Re– gla (r). Origen de la Regla seráfica. 2. Tres Reglas escribió Nuestro P2dre San Francis– co: La Primera hacia r209-r2ro ; fué Eprobada de 'üiva vaz por Inocencia III. La segunda, en 1220-1221, consta de 23 capítulos, y suele ser conocida con el nombre de primera Regla, ¡:oTque la de r209 se rerdió. La tercera fué escrita en r223 ; consta de 12 capítulos y fné con– firmada por Honorio III en su Bula ((Solet annuere)) del 29 de noviembre de ese mismo año de r223. Esta tercera Regla, llamada por antonomasia «Regla Seráfica)), es la que siempre han observado las tres grandes familias de la primera Orden Franciscana, se– gún consta en la misma fórmula de profesión que ha– cemos ; y ésta es también la que brevemente vamos a comentar nosotros. Su excelencia 3. Tanto más perfecta es una cosa cuanto su fin es más noble y los medios para conseguirlo, 'más ex– celentes: .El fin de la Regla Seráfica es la perfecta imitación de Jesucristo, uniendo, como El, la vida contemplativa con la vida de apostolado. Los medios son más excelentes y abundantes que en cualqnier otra Orden religiosa, porque nuestra pobreza no sólo re– chaza, como entre los demás religiosos, toda propie- (1) S. C. de Religiosos: "Normastt. 6-III-19:21.-Cfr. Jar– dí: "El Derecho de las Religiosastt. n. 266-269.-Bargilliat: "Praelectiones J. Canonicitt ••, t. II, n. 1.:25 6.

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