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CAPITULO XI Que., los frailes no entren., en., los monasterios de, monjas 345. No trata nuestro Padre en este capítulo de aficionarnos a la virtud santa de la castidad, porque ya considera a sus hijos convencidos por la sagrada E$critura y por los testimonios de· los santos Padres de cuán excelente es en sí misma y cuán necesaria a los religiosos, quienes, si la quebrantan, probabiUus cometen dos pecados mortales, el uno de incontinen– cia y el otro de sacrilegio. Tampoco trata de enseñar– nos los medios más conducentes para vencer en la lu– cha por la castidad, ya que toda nuestra vida morti– ficada no es otra cosa que un continuado y eficacísi– mo medio para ello. Más bien atiende el Seráfico Padre en este capítulo al buen ejemplo que debemos dar siempre a las gen– tes, a lo cual se dirigen los tres preceptos que nos im– pone, que serán otros tantos artículos para este ca– pítulo : r. 0 Nos prohibe tener sospechosas compañías o consejos de mujeres ; 2. 0 Nos prohibe ser padrinos de bautismo o confirmación; 3.º Nos veda entrar en los monasterios de monjas. ARTICULO r.º NOS PROHIBE 'l'ENER SOSPECHOSAS COMPAÑÍAS O CONSEJOS DE MUJERES TEXTO: ccMando firmemente a todos los frailes que no tengan sospechosas compañías o consejos de mujeres.))

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