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- 153 - luntarios los Superiores en que así se haga, por lo cual, si lo hacemos, faltamos a la obediencia, f probable– mente también al voto de pobreza : He dicho proba– blemente porque es también probable la opinión de Lugo («De justitia, d. 2), que niega que en tales casos se falte al voto de pobreza. puesto que sólo hay uso pasivo, exactamente lo mismo que si se nos invita a montar en coche cuando viajamos a pie, y espon– táneamente se nos paga el viaje. 23r. Podemos decir con Prümmer (r), y sirva esto de regla general, que rarísima vez pecan mortalmente contra la pobreza los que sin la debida licencia con– vierten en propia utilidad las cosas de comer. Diversos modos de faltar al voto de pobreza. 232. Presupuesto que sólo las cosas materiales ex– ternas constituyen el objeto del voto de pobreza, fá– cilmente se comprende que peca contra él quien, sin licencia del Superior, recibe y retiene tales cosas, o coge alguna de la celda de otro religioso, sobre todo si se hace contra la voluntad expresa del Prelado: Si éste es contrario solamente al modo de hacerlo, co– metería el religioso que tal hiciese un pecado de des– obediencia, pero no de propiedad ( 2). Faltan también, más o menos, los que sin el com– petente permiso tienen a uso exclusivo suyo las cosas de la Comunidad, u ocultan las que legítimamente tie– nen para que el Superior no se las quite. Pecan con– tra la caridad hacia los religiosos y contra el voto de pobreza aquellos oficiales que se resisten a entregar las llaves de la oficina cuando el Superior las píde ; los que se muestran duros e intratables con los religio– sos que acuden a ellos en sus necesidades ; los que a regañadientes y a más no poder conceden las cosas (r) Prümmer, cuest. 225.-Cfr. Appeltern, cuest. r 70. (2) Bononia, cap. VI, I, r 5.

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