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- ll2 - 168. Así como Cristo resucitado saludó a sus após– toles con palabras de paz, así también quiere San Fran– _cisco que con las mismas palabras saludemos nosotros a las gentes, sobre todo a los moradores de las casas en donde pensamos hospedarnos. Evitemos, en lo po– sible, el entrometernos en asuntos de los seglares; pero más aún el revelar o manifestar interioridades de la Orden, sobre todo si se trata de deficiencias ge– nerales o particulares que a veces pueden presentar– se 1(1). 169. Finalmente, podemos comer de todos los man– jares que se nos presenten en la mesa, con tal que no lo tengamos por alguna ley prohibido, y guardando además la templanza que a ninguno de los cristianos es lícito traspasar : Por eso nos dice el Seráfico Pa– dre que podemos comer de todos los manjares, pero ,,según el santo Evangelion. RESUMEN 170. Por lo anteriormente expuesto vemos que el presente capítulo de la Regla contiene tres preceptos que obligan bajo grave: r. 0 , que los clérigos digan el Oficio divino según el rito de la santa Iglesia Roma– na, y los legos recen sus Padrenuestros; 2.º, que los frailes ayunen desde la fiesta de Todos los Santos has– ta la Natividad del Señor; 3.º, que no vayan a caba– llo, si por manifiesta necesidad o por enfermedad no son constreñidos. Hay también tres amonestaciones, conviene a sa– ber: r.ª, que cuando los frailes van por el mundo no litiguen, ni contiendan con palabras, ni juzguen a los otros; 2.ª, que los frailes sean benignos, pacíficos, mo– destos, mansos y humildes, y hablen honestamente a todos, como conviene; 3.ª, que en cualquier casa que entraren digan primeramente : ce Paz sea en esta casa». (1) Bulsano, n. 197.

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