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- 95 - Cesó por último la peste, y teniendo . ocasión de embarcarse en otro navío de L O llevan á ingleses, se hizo á.lll. vela en él, y al ca- Lo n clres. bode algunos meses aportó á Londre~, donde juzgó ver sin duda efectuado su martirio; porque presumió que habrían escrito contra él algunos de los herejes de allá, pues tuvo luego orden del par- lamento E,evl de la compañía del co- mercio (que era como el ministerio de hacienda en España), para comparecer ante él el día síguiente á hora señalada. Preparó Sil ánimo para morir, y con'. fortado en Dios se fué derecho. al parla– mento, llevando ya tragada la muerte: apeüas llegó y avisó· con'un portero, cuando le mandaron entrar: hízole su cortesía al presidente, y éste le mandó Sus temores, sentarse entre ellos. Hasta aquí no le ocurríó otra cosa al r. Jerónimo, sino que le querían leer su causa y senten- cia de muerte; pero luego que vió al presidente darle gracias por la mucha caridad que había te9'ido en Barbadas con los de su nación, asistiéndoles en la peste, salió del cuidado en que se halla- ba.. Díjole después el presidente que i;,u- piese que aquella honra sin ejemplar se le hacía por sacerdot~, por capnchiao y por católico romano, por el .motivo ya dicho; y que á más de eso pidiese lo que gustase para su viaje y nec.esidad, que con mucho gusto de .todos se le daría luego. Admfróse el santo padre de verHonor.es que le l d . . l · . . hicieron. ta es emostrac1ones, a parecer mcrm.- bles; y agradeciéndoles la oforta .con re-

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