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- 92 - ,;;-:~~-.s.~.:..~-.s.:.s--s-s:::.s--s-.s.t_!' muy ·señalada la conversión del capitán Lo que allí de ellos c1ue residía en el reino de Mogra– trabajó, bumbo que era antes pertinacísimo y cruel hereje. · No fué menos copioso el fruto que dj– cho padre hizo en el reino de Cacolis ó de los Coallas, cuyo rey era cristiano y se llamaba Farámbule, porqne aquí bau– ·tizó á muchos y entre ellos á una hija del · mismo Rey, á quien pueo por nombre María Antonia . En esta forma fué dicho padre dando nuevas la.bores á aquellas ·cristiandades y gastó en ellos algunos años hasta que viéndose muy falto de salud y sin esperauza de socorro, trató de ve- . nir á España á solicitarlo por sí mismo. Pára este efecto se le ofreció. ocasión Trata de vol muy oportuna, cual fu~ la de un navío verá España inglés q'lle hacía viaje para Barbadas. Embarcóse en él y deutro de pocos días comenzaron á padecer grandes tormen– tas: una especialmente fué tan derecha, que un golpe de mar arrancó el timón y se lo llevaron las olas, Al tln, guiado de Dios el bajel y siguiendo este el ímpetu de las aguas, pudieron llegar en esa forma á tomar puerto en una de las islas de Barbadas. Apenas salió á tierra la gente del ba– jel, se hallaron con una grandísima epi– demia que poco antes había c·omenzado, y en breve tiempo quitó la vida á gran número de gente. Con esta ocasión aun- á · que tan maltratado del viaje y cargado Llega 1 a s d h d 1 p ., J Barbadas. e ac aques, pu o e . E r. Pablo er6- nimo de F'regenal ejercitar su mucha ca-