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--- 87 - pecados en !aconfesión; como examina- se sn conciencia extrictamente, con el'visión hc,rren fin de confesarse bhm y alcanzar la gra- d,a, cia de Dios; aquella ~oche el maldito y· engufiador espíritu ·se le. ápareció, y la dijo: Eo vano, muaer; trabajas, pues sé que ya has sido condenada por Dios. á · los tormento¡:¡. del infierno, y por c011si· guiente ninguna espe:r:anza te queda. de alcanzar la salud eterna. Mas todavía, el malvado espíritu no había dejado de hablar, cuando· he aquí que tf:1mb,ien se apareció un altna del otro mundo, . vestida'ccm hábito de capuchino, y dijo á la mujer: ¿Por ven.tura conoces á éste pérfido que tal.es cosas te. ha dicho? A lo cual ella respondió. I:fo. Entonces el'ca~ puchino sa'có el crucifijo, que llevaba ocuHo debajo del manto, y dijo: Ahora sabrás quien es ese malvado; y el demo– nio, mirando rabioso y ,aterrado al cru– cifijo, desapareció, y del mis.mo modo el capuchino. La mujer asombrada y tém~ · blorosa con· aquella 'Visión, al ir,istante fué en busca de los padres misioneros, refiriéndoles todo cuánto le hahfa acaeci– do aquella noche, por lo cual, arrepenti– da, después de haberse confesado ·debi– ,damente con uno d.e 1.os misioneros, y ·obtenido.la absolución, toda llena de alé– grfa dió gracias á Dios, y perml:}oeció fiel hasta la muerte. (Id. ?6.) Los predichos padres ejercitándose en ta.n santos ministerios, pasarQD 1 trece,., 1 .,, l 11 . I l · . .c.eec 1úca11 os meses en aque a s a, en 1 cuyo tiempo:r,p, nn templo reedificaron la Iglesia, en la cual predi-