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- 76 - conduciéndolos al Puerto llamado de Ca Llegan á Sie. colis ó Coallas, perteneciente á.uno de los rra Leona. Reyes Gentiles de Sierra Leona, á donde se hallaba plantada entonces la misión y residía el santo Padre Fr. Agustín de Ronda. Llegó allí la flota el día de ;3an Miguel y toda la gente del pueblo huy,ó más que de prisa á los mont1:s, creyendo que la escuadra Ara de piratas· que los iban á robar. Como vió esto el P. Fray Agustín y supo que eran navíos inglese<J de guerra, se recúgió'á la iglesia á fin do prepararse para la muerte, la cual tuvo por indubitable por .ser ellos herejes ,y enemigos declarados de los católicos ro– manos. Por últimp, estándose preparan· do el santo viejo para recibir el golpe, llegó muy apn·suradamente un negro y le dió avisp de como había visto desem– barcar capuchinos. Con esta alegre no– ticia salió de la iglesia y fué á recibir á los compafieros, los que habiendo toma– do un corto alivio alguups días, se fue– ron repartiendo por diferentes partes, según lo pedía la mayor necesidad. Co– menzaron con gran fervor á ejercitar su apostólico ministerio, pero muy pronto tuvieron la pena de ver morir consumi– dos de trabajos á los PP. Agustín de Ronda y Juan de· Peralta. Las virtu– des del primero fueron muy sobresalien– tes, y los PP. antiguos perpetuaron l::1. memoria de este varón ilustre en cua- ., ·t d 1 P dros pintados al oleo, uno de los cua- .1llue1 e e . . l . . Agustín. les reproducunos en e siguiente gra- bado, cuya inscripción compendia en