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· - 57-;- los en los dogmai de nuestra fe _católica . y administrando. el sacramento del bau Persecuc!o~es tismo, con espeo~¡:ilidad á los párvulos,, que sufrió, de lós que fueron casi .innumerables los, " que lo recibieron (Id. 104) ' ·, Los trabajos que en estas jornadas padecieron. estos do'.l varones apostóli– cos, hasta que les llegó el socorro .de otnfs :companeros, sólo pudo saberlos el qu~ solo pudo pr!3r,niarlos. Los holande- · ses los colmaban de injurias. y maqui– naban darles muerte; los portugueses los .perseguían, aunque no por los/fines' depravados de aquellos pérfidos herejes, sino con el título especioso entonces para ellos· de leales a su: ,nuevo Rey, afir mandp que los nüestr,o~ eran ,espías del Rey. católic~, quien pretendía por este medio reitst;lmir la corona de Portugal. Con. estas y otr¡rn torpes inven~ioiles perseguían á nuestros religiosos que > más de, una vez, e,¡tüvieron en' p·el~gro de muerte; pero la divina providencia di~,pus,o que hallasen ,seguridad en los mismos bárbaros y en algunos hebreos que convencidos de las, efi9aces razones con que confutaban sµs errores, detes– taron el etjgafío en que habí1;t~ v~vido y por la puerta del bautismo entraron en .el gremio de nues.tra católica romana Iglesia, abrazando y confesando la ver– dadera fe de nuestro Sefíor Jesucristo. .· Con estos tan co,ritativos ejercicios, asociados con la universal 1~ráctica de la.s l' l!'rí.ito~ qu,e virtucles, espec;ialrnento de ·una mvicta h,zo. paciencia y conformidad grande en los