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CAPITULO IV ·· -, rnl)aJos de los' misioneros que quedaron en. Ouin.ea, refuerzo que les · llegó u {rulo que consiguieron eí que .S€ vieron solos en ·aquellas tierras los padres Serafín y Antó- Situación de, . 'h• ]'º de·· 'losPP· ,mo, escri .Hll'on á a ,iogra a · ongrega- ·· · · cióq por médib de N. M; R. .P. Provin- · cial, 1 el eUal, qot:r aprobación de la mís- ma; mandó atP. Serafín el nombramien.to de Viceprefecto ~e flquella misión, .cofr una carta en que le prometfa para tiem: po no muy, lejano•la ayudad~ otros ppe- rarios eylrngélicos: Nbticiosos los misio• ne.ros del resf.uerzo que· se les 1muúciaba, , ·para que lo~ nuéyos cqnipafieros que es- peraban tuviesen mej?r recfüimientoque. ellos, solicitaron atraer con expresiones' de carifio á los qu~ ,se reput1:1ban en aquellás regiones pot principales.iPar¡i., esto empezaron á. correr toda aquella tierrn, predican.do el Evangelio á'cristia• nos y gentiles, fostruyendo á ,unos, ca, tequi'zandü á otros, y administrando el bautismo á mucho$, con especialidad á los párvulos, de los que fueron· caei in•, numerables los qi;w lo recibieron. · En estos santos ejerciciós trnbajabanfü,s trabajos apostólicamente nuestros · m.isionerbs, '' 1 i '

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