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-- 34 - ir inmediatamente á ver al Rey Chafur La, corte del ni explorar su ánimo, hasta haberse bien rey Ohafur. informado de su naturul, genio, costum– bres, y de otras circunstancius nRcesa– rias para obrar con mayor acierto, y no malograr el tiempo con infructuosas jor– nadas. Por eso se quedaron en Ale, don– de tuvieron desde el principio hospedaje suficiente para hacer con algm1a conve– niencia sus ejercicios ordinarios de mi– sión; porque los mercaderes cristianos les asistieron y socorrieron con lo nece– sa1rio, mientras estuvieron allí; y hasta un hereje holandés, también mercader, les desocupó la casa de su almacén, que era buena y capaz para que_les sirviese de Iglesia, donde predicaban, confesa– ban y administraban los demás sacra– mentos. Ct,ltivada la cristiandad de Ale, y reducidos á la fe hasta doscientos es– clavos de los mismos mercaderes, deter– minaron estos padres que dos de ellos pasnsen á predicar al rey Ohafur; pues mientras él no se redujese. no había que ·esperar fruto de los vasallos. Empren– dió esta jornada el Padre Fray Serafín de León con ~l P. Fr. Francisco de Va– llecas y Fr. Alonso de Vélez, llevando en. su compañía un intérprete muy buen cristiano, y un alguacil ó criado del al– caide de aquel puerto. El P. Fr. Diego de Guadalcanal se quedó en el pueblo para administrar loa Sacramentos y ·visítanla los guardar los orrnJmentos y libros que con n,isioneros. ansia deseaban coger aquellos negros gentiles para alzarse con todo, porque

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