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bajrnen casa de Nuñode·Oliveira, portu- gués de nación. que habfa_más de trein-Más enfermos ta años que residía en Guinea, y hacía · cuanto podia;en su alivio.. Envió luego ' por ellos y los trajo al navío, así por ha- her en él me.dicinas para curarlos 1 cortjo por que deseó asistirlo,s y lo hizo con gran caridad el capitán don Bartolomé de Medina, ilnstre caballero sevillanq y toda su tripulación, en especial Francis- co <le Altcante, hidalgo de la misma ciu- dad y Adán· Dfaz, que era el práclic? que llevaban. . , . Casi al mismo tiempo-llegaron avisos 8emej~1ites de las derruis partes, de mo-. do .q ne le parecieron al V ic0pre.féc.to , lo's mensojeros del santo Job, por'. lo cual dió gracias á DJos y .só dedicó al socorro de todos. I-fobiendo concluido el (lapitán sus dependenci¡:i.s en his puertos de la Barra y delCombo, volvió con sú bajel Río arriba; y á poco trecho, . k llegó al Viceprefecto la noticia de qn~ loE¡ pa– dres q'Je a:1:,istían en Sangurigú habían · enfermado gravemente procuró enviar– les socorro dPsde er rnismo nav.io; cual convenfaá su r)ecesidad, y cuando ll9gó á Bichangor, t.omó la lanchn y acudjó pérsonalme.µte á su remedio. HaJló a los pobres enfermos,tari postrndoe, que ni · aún agua podían pasar; pero' con la afu• da de Dios y con las, medicin~s y asis' ,tencia del Viceprefocto, foeron 9obran- do fuerzas. Tal'dó en llegar el navfo tres L " . • 1 • • , o.s mensa.te~ , días, y en ese cort_o espae10 de tiempo r:os tle ;Tob. volvieron á recaer los convaiecien~es que . . . 1

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