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- 30 - En el ínterin los padres que quedaron Fruto que sa-0n Gelufer, hicieron notab 'e fruto: estos can. hallaron aquella corta cristiandad tan inculta que apenas había quien supiese persignarse. Trabajaron .mucho en doc– trinarlos, y á la fama de su predicación fervorosa acudieron también otros cris– tianos de los pueblos circunvecinos, que · jamás en. toda su vida se habían confe– sado, ni aún tenido con quien confesárse; de donde resultaba que unos y otros vi· vían como los mismos gentiles, por falta de cultivo espiritual y de ensefíanza re– ligiosa. Por último, aunque tan rudos, con la doctrina evangélica que se les dió, se redujeron á verdadera peniten– cia y á vivir como verdaderos cristianos; pues, entendían bastantementela lengua portuguesa que era lfl más usada por esas tierras y en ella les predicaban. Repa~tidos los doce religiosos en la forma dicha, trah¡-¡jaron fielmente en to– das partes, recorriendo todos aquellos puertos y poblaciones de la Costa, que padecían suma necesidad de pa,to espi– ritual. En este estado se hallaban las co • sas, cuando al fin de las cuatro semanas comenzó nuestro Señor á ejercitarlos á todos con varios tra½Djos y enfermeda– des, o<:asiouados unos de la mudanza del clima y otros de las criaturas. El Vice prefecto se hallaba, según dijimos, en el puerto de la Barra, con las embarcacio- E f 1 nes, y .allíle llegó aviso de como los pa- n erm.an a - gtinos. · dres que asistían en Gelufer, habían en- fermado gravemente, y pasaban su tra-

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