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- 275 - ~.:.!:~&.&.s9:-~.:S-&.~&.&.&.&.:.J De resúltas del envenenamiento, ad- quirió el Siervo de Dios una enfermedad Fué en vene• · penosísima, y durante ella, predicaba á mido. los indios sü¡mpre que podía, con tanta igualdad de ánimo y tan sonriente, como si no hubier·a recibido do ellos mal algu- no. Con abnegación de mártir los reunía para ensefiarles, predicarles el perdón dé las injurias Y afearles sus actos de venganza y homicidio por medio del ve– .neno. Esto último fué causa de que sus envenenadores se creyeran descubier- tos, y pensaron acabar con la vida del P. Luis.Juzgando equivocadamente que contra .el V. misionero no tenía acción al– guna la ponzofia, determinaron en una reunión qu,itarle la vida. Así que confirieron el día y dcasión á1ás propicia, llamaron á nuestro Padre Luis y con fiqjidas demostraciones de llevarlo á visitar á un indio enfermo, sa– cáronle fuera dé poblado, y levantando contra él virlanamente sus manos, le de- , rribaron al suelo y le molieron el cuerpo á fuerza de palos, produciéndole innu– mernbles contusiones y heridas, de cu– yas resultas murió, no sin bendecir an– tes á aquellos desapiadados y crueles in– dios,por cuyo bien se había s.acrificado. ·.Acaeció la preciosa muerte de este varón justo el año 1698, estando de residencia en el pueblo de Guanayen. H.ablando de ella, dice nuestro P. Cór– doba en la crónica del conve.nto gaditano es~as palabras: Llegó también en el afí.osu martiric, 16H8 la noticia del martirio que padeció,á

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