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- 263 ·-;- .. .-,.~~~-s.-:.s:--s:-:.s:-~~'"':-.5:'~~:.J cuales se la negaban siempre; por lo que creciendo en él los. deseo.a de consagrar- Pasa 11. nues.• se al ministerio apostólico, acudió al tras misiones, NUnció apostólico dé Es pafia, Dr. Ros- pillosi, le abrió su corazón, manifestán• dole las veces que le habían negado la lieen.cia para ir á la misión de Caracas; y el Sr. Nuncio, haciendo uso de las fa- cultades apostólicas que tenía, le. dió obediencia para afiliarse á la provinciá .. de Andalucía y marchá'r en la primera · expedición á las misiones de. V enezue- la, como asilo verificó en el año 1676. Cuando llegó á la misiób, señalósele . para sus correrías apostólióas el valle de Duaca, distante muchas léguas de Bal– qnisimeto, donde fundó con indecibles trabajos un pueblo de indios, ·al que pu· so por nombre San Juan 1 Bautista deFunda el pue- D L _., t' ! Ó é t blo de Du¡¡,ca, uaca. as .Lll 1gas quepas : ste san o . varón en la conversión del' los indios es cosa difícil de contar, y la paga que re- cibió de ellos fué un prolongado marti- rio, en la forma que vamo 1 á. n.ferir. Yendo el P. Miguel en cierta ocasión á la ciudad de Tocuyo, SE encontró allí con un matrimonio indio sentenciado á . muerte, por gravísirnos crímenes q'ue habían cometido, envenrnando á mu– chos desgraciados. Comp:¡·decido el Pa– dre de los envenenadores,. los e:xhortó á convertirse, hizo que pid'eran perdón públicamente, ·é intercedió por ellos con tanta eficacia, que los libró de la pe· Libr: 'l9 lª na de muerte. Agradecido!! los dos indios mi~dfos. ºª pidieron irse con el P. á Duaca, y lo ob-