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- 267 - ~:s:,:s:--s:,-s:,s:,~:s:,s:,:s;;s.:.s.,@.:J ~ que les ha de proveer de cuanto necesi- ; tan, pues no tienen otro récursO; y,final~sus contínuos mente, el Párroco, quEl con. mucha pa• trabajos.. ciencia y sufrimiento les tiene de ins- 1 truir fin los misterios de la Fe, enseñán'. doles la doctrina cristiana, y Elxplicándo • seta para que puedan entenderla, según su.s cortos talen'tos y capacidad' pudieren alcanzár. Todos estos trabajos; y otros que oniito, tiene el misionero que pade– cer muchos afíos; ( ó ¡:i9r mejor decir, de por ~ida) porque como son tan rústicos, y tan inhábiles los indios de esta pro- .· viucia, se pasan muchos años primero que llegan á habilitarse en la vida polí• tica y sociable. · A los trabajos que q110dan exp.rei;1a– dos, (que mirados con reflexión son in– soportables) se agregan los más doloro– sos y sensibles, qt1e llégan á lom$.s vi– vo del alma. Al dei:ponio le dió Dios li– cencia para que afligiese á Job, y lo_ lle– nase de• trabajos, doiot@s y angustias; mas con la condición, que no .le tocase al alma ó á la vida; pero ii los pobres misioneros nada se reserva; pues; ade– más de los trabajos,,a:flicciones y congo· ja!;, que padecen en ln reducción, c9n• servación y. n:ianutención df:> los indios, les tocan á 16 más vivo del 'alma, que es · lq honra, afligiéndoles de ordinario con calumnias é imposturas falsas, ya ante · los Sres. Obispos y Gobernadores, y Y a ante el Rey, nuestro Señor· en su P . . · . eirsecuc1 ~nes supremo ConseJO de las Indias. Pero y calumnias. hasta .el presente_ hemos tenido el con. · 1.7 .

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