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- 242 - ~.:s:-~~:.9':-S:-.:S:-.:S:-.:S:-.:S:-.:S:-.:S:-&.:.J llevaban, quedándose todo en poder de Exeursión los paganos. El expresado P. Fr. Ga- pelig~osa. briel de Sanlúcar, acompañado del Pa– d1:e Fr. Diego de Marchena y de algu– nos vecinos de la villa, prosiguieron su excl\rsión, y después de lo mucho que caminaron por tierra y navegaron por los rios, sólo pudieron reducir, y traerá poblar a las misiones cincuenta y seis indios, por no encontrar mayor cantidad, á causa de haberse ellos remonta<)o, y escondido por la escaramuza que queda referida. Los años de 1681, 82 y 83 entró suce– sivamente todos tres años el P. Fr. Pa– blo de Orihuela con escolta, que llevó de la villa, y con su ayuda redujo y sacó doscientos cincuenta indios, con poca diferencia y los unió á los que antes te– nía ya reducidos en el puebio de misión de San Pablo de Tinaco, cuatro ó cinco leguas de la villa, como ya se ha dicho. El año de 1681 entró con la misma escolta el P. Fray Buenaventura de Vis– tabella, y después de muchas peregrina– ciones y trabajos, sólo trajo á la misión unos pocos ind10s viejos: pues,aunque se encontró con muchos ranchos, y pobla– ciones de indios (que los más parecían 3er de los fugitivos) nunca le quisieron esperar, ni oir sus razones, sino que se daban á huir, y esconderse en los caños, lagunas y matonales, que rn aquellos s. Pablo de llanos hay. Tinaco El año de 1686, entró otra vez con escolta el P. Fr. Ildefonso de Zaragoza,

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