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tia na. Desde su conversión, no sólo acompafiaba á _ los misióneros en eus se ofrecG al viajes cuando iban buscando ,á los in- martirio., dios por los montes !/ soledades en que vivían errantes para poderlos insttuir, sino que también convertido de cierto modo en cazador de almas, buscaba á los indios en sus rancherlas, y si por. casualidad los encontraba, con. sus mis- mas exhortaciones los apartaba _de su vida brutal, trabajando cop todas sus fuerzas en asunto tan importante, con cuyo auxilio y ayuda aquellos primeros Padres atrajeron á muchos indios á la fe católica. Este indio fué guía y con.- fidente de todos los PP. que penetraban en Ios montes buscando -indios para coµvertirlos; y en .cierta dcasión .tuvo la dicha de presenciar una aparición de la Virgen Santisima el V. P. Pedro' de Berja en Om;naná, como se .dirá cuando lleguemos á escribir la vida de dicho siervo de Dios. . Mas habiéndose dado, de tooas veras, pQr guía y compafíero del V. P. Juan de Trigueros, para buscar á los indios que andaban vagueando· por· los bosques, aconteció que, en los úaimos días, del año 1676, se acercaron á unos montes donde. estaba escondida una multitud de bárbaros, y conocitlndo el predicho Juan Granados perfectamente la fero, cidad de aquellos indios y el peligro .que corrían, tanto el V. P. Juan como . . t , Predicv, á los sµs compafí.eros s1 m ·enLasen acercar-· indios. Ee á ellos, espantado, les dijo con in