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-- 201 - ~:S.-(S:-(5:-(S:-(5':,:S.,ZS,..:..S:-(S:-(S:-,:S.,@.:...._!, convento de Granada; y habiendo pro- fesado en el siguiente de 46, fué des- Sus. virtud.es. pués puesto á los estudios, portándose siemnre como verdadero hijo _de nuestro S. P. S. Francisco. El haberlo elegido los Prelados pata el evangélico empleo, de la misión, es testimonio bastante de , sus excelentes \lirtudes; porque en aque– llos primeros tiemp()s de las· misiones no se permitía11 ir á ellas sino á religio– sos muy santos y ejemplares, como lo califican las vidas de todos los que en– tonces fueron. El era un s~nto en el concepto de todos, y Dios quiso mani– f(star cuanto amaba al P. Fr. Plácido y cuán gratas le eran sus virtudes, hón– ránaolo con la corona del martirio, para que fuesé el pr,mer capuchino\ de esta provincia que alenta'se con su ejemplo á los que después ·habían de sacrific.arse como él en t_an remotos países, solicitan– do á costa de su sangre que aquellas gentes conociesen á su Cria¡dor y abra-, 1 zasen la verdadera Fe. . 1 • Recuérdese aquí que los indios de los ; llano~ de Oar~ca¡s y demás parajes · de aquellas misiones anda,ban por los mon– tes como fierafl y vivían como' \os ani– males irracionales; y que el modo de convertirlos que observaban los misio– neros ~ra entrar en busca de ellos, gµia– dos de dos ó tres. indios ya domésticos, y con halagos y dádivas atraerlos y for- . tnarle_s' poblaciones, en qt_Ie ir10s poco á Vá "'las mi– poco mstruyendo y doctrmando; 'Y, que sío110c. ee:te fué el principio de muchas pobla-