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- 19t - labozos, etc., para qµe vayan cortando r.,rnderas y fabricando sus casas; y co- Su pereza. mo los misinneros no .tienen subvención ninguna pera este fin, se hace .todo á expensas de la Divina Providencia, y á costa de la industria del misionero, ayudado para esto, en el modo posible, de los demi\s pueblos de misiones, en la conformidad que diré después. Y sien• do esta pensión de todos los afi0s, pues todos se hacen reducción de indios, co- mo consta de los á'utos é informaciones que justificat1 ei uúmero de. indios gen- tiles y Eipóstatas que cada afio se han sacado d~snudos de los montes, se po- drá infc,rir y sacar en ,limpio los .costos, afanes y fatigas que lo sobredicho cuesta á los mjsioneros. Para prueba de esto, véanse. los autos he.chas por el Gobernador de esta pro– vincia de Caraca,::, D. Marcos de Castro, con ocasión de haber pedido este minis– tro que p::ira défensa de la costa del mar y puerto de la Guaira, se trajesen los indios gentiles que cacásemos de la pri nwra jornada, y habien_do hecho una. aquel año el P. Fr. Salvador de Oádiz, condujo ciento veinte á la Ciudad .de Caracas, entre párvul?S y adultos; y siendo esta ciudad la ca·beza de la pro• viµcia, á.donde van con abundancia to– dos los bastimentas de ella, se hallaron muy embarazados el Gobernador y el se:ñor Obispo parH mantener por seis Diccultad en • 1 - • • mantenerlos. nieses á dichos md10s, que se entrega ron desdt1 luego al Ordinario, y se pu•