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Admiración de los indios. Su cacique Andrés. - 114 _,,... S-:S:-S':-:..S.-S:-:..S.-:S.-S:-S':--:.S.-~SS.-:..S.-,~ dos, y dándoles también algunas cosillas de las que llevaban, unos y otros que– daron muy alegres, aquéllos por tener en su compañía á los. religiosos, y estos por haber logrado tan buen principio y presumirse en adelante mucho fruto es· piritual en aquellas pobres almas. Con esto determinaron.los Padres mi– sioneros pasará un pueblo que distaba dos leguas y media, y se llamab'a tarn· biéo Sao Sebastián. cuyos caminos eran unas fragosidades tan quebradas que por sus émestas, barrancas, espesuras de árboles y crecidas de ríos se hacían inac– cesibles; pero todo fácil para, la princi • piada devoción de aquellos indios, que no sabían que hacerse de contentos, al considerar que aquellos Padres habían venido de lejas tierras sólo por su amor, y por vivir en su compañia; motivo que los hacfa olvidar la ferocidad de su bár– bara condición, y volver en blanda cera de cariño el siempre duro pedernal de su ferpz aspereza. En este segundo pueblo de San Se– bastián fueron los Padres bien recibidos de aquellos naturales, entre los cuales se consevaba la memoria de otros reli· giosos que muchos años antes estuvie– t·on allí á plantar la.católica fé, y bauti– zaron á muchos, de los cuales era uno el cacique de toda aquella tierra, á quien llamaban Andrés, nombre que le pusie• ron en el bautismo, si bien de católico sólo tenia esta señal, porque como en aquel tiempo los caribes del Dariel que