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_,Jn-· ~-:s:-:s.--:s.-.:si-.:.s:-@,.S.<S:-~~-s:- :.s.-~j aquellos mares, por lo cual, y por tener los vientos escaspFt navegaban muy po• Poligros del co, hasta qne llegaron á!H villa de Sela, 'vittie, donde les fué preciso dar fondo, .y estar ocho tlíasSnrtos por tener á la vi stai al - gunas embarcacionas enemigas. Pero, viendo que lo.s enerr,iigos no se iban y que, según parecía, los estaban' esperan- do, fiados del amparo de Diós, y en lo obscuro de Una encapotada ~oche, levan- , tarbn áncorcs y ;salieron á la mar con ·· 'tanta fortuua que sin ser, vistos. de los· piratas navegaron cuioadosos husta que por ú.ltimo el día veintey siete del mis– mo mes dieron fondo en el puerto de San Sebastián d~ U raba, térmíno de su viaje y principio d,e su misiób, dando. graciás á \a Divina M~jestad; por .haber– los librado del peligro de los piratas, los cuales estaban tan apoderados de aque– lla costa, que ni aún las canoas que con– ducen el i,;ustento ordinario se les esca- paban. · ' Pisaron nuestrr¡s capuchinos aquellas remotísimas árenas, y al punto se exten– dió la fama de su ll~gada por aquellos . dilatadísimos 'contornos. Vinieron á la. ~ovedad muchos indios, y. admirados de.· ve¡: los capuchinos, les ofrecieron algu– nos plátanos, que es la comida ordi:naria y si;istento comun en aquella ti~rra, pan de maíz y alguna cárne de mo~~e,. ma– nifestando mucha alegría y regocijo de· ~ue aquellós religiosos hubies.en llegado Lle an"' uta– a su país, y se quedasen con ellos.· Co 0 ba. g rrespondi~ronles los religiosos agradec,- s