BCCCAP00000000000000000000609

102 ~.:s: .:s. .:s:-:s-:.:si.:si.:s.::.s. .::.s. .::.s..:s:-s:~ vantes, y su comunidad toda, pues sa– Le ofrecen hiendo el arribo de nuestros religiosos, alojamiento así dicho P. Guard.ián, como .todos los Réverendos graduados, vinieron con fi. neza de verdaderos hermanos á decir á N. P. vice-prefecto, que se fues~n á hos– pedar á aquel convento, como que era casa suya propia.' No estuvieron muy le– jos deadmitir estas fraternales persua– siones; pero considerando que eran mu– chos, y que venían enfermos, se deter– minó no gravar tanto una comunidad pobre, por lo que hubieron de negarse á disfrutar aquel alivio, y el descanso • que les proporcionaba vivir entre reli– giosos; y así se quedaron en su casa, donde foé tanta la abundancia de limos– nas que les daban, que se vieron preci– sados á despedir muchas por no 9fender la pobreza santa. Allá permanecieron algunos días, has– ta que teniendo noticias de ello un ca– ballero español llamado D. Gonzalo de Herrera, caballero del hábito de Santia– go, fué á verlos, y después de haberlos feUcitado de su arribo, les dijo que tenía una casa suya propia, la.que al presente estaba vacía, inmediata á una hermita· de Santa Catalina, y que desde luego se habían de pasar á ella; porque así ellos tendrían el alivi_o de estar juntos á la Iglesia para decir Misa; e¡ pueblo el de te– ner en aquella iglesia quien la dijera, y quien confesara; y él el consuelo de te- su hospedaje. ner en su casa tales moradores. Pareció · bien á todos la propuesta; y pasando á

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz