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-'- 95 - ,,-,~-:s.:.s:-.:.s:--s:-.:s.--:s.:.s:-.:.._~-p:--:S@.ü así como los cuadros que pintó para san: ta Mada la Blanca. . Lo protejen Desde esta fecha en adelante, las órde- 10} roligiosoR nes religiosas rivalizaron entre sí por dar ocupación al inspirado Murillo. En el convento del Carµ1en, dice uno de sus Biógrafos, (V elázquez y Sanchez, pag. 173,) recibi.ó una paga, cuantiosa para aquellos tiempos, por una imagen de Ntra. Sefiora sentada, con Jesús nifío en los brazos, la que rué colocada en el al. tarde una capilla nu-eva, al laJo.del evan- gelio. En la. Merced calz~da se adquirie- ron del pintor en moda las imágenes del rucángel San Rafael, un Resucitado, San ;Luis, rey de Francia, y la fuga á Egipto. El monast~rio de Santa María de las Cuevas, abrió· su templo ostentoso á la inspiración del moderno artista; y aque– lla opulenta Cartuja sevillana, que sirvió de refugio al famoso Torrijiano, recibió con estimación entre sus timbres artísti– cos una eilgie maje~tuosa del Salvador del mundo, y la sangrienta cabeza del · Bautista. Los Ag1Jstinos renovaron el al– tar mayor de su iglesia, y le dieron oca– sión de ofrecer á la adoración pública, entre <liferentes cuadros de relevante mérito, la imagen del santo dbispo de Hipona, y dos pasajes de la vida de Santo Tomás de Villanueva;uno de nin.o, distribuyendo sus ropas entre los chicos indigentes; y otro ya religioso, repartien · do limosna á los pobres, en el cual resal- Pinta para ta una encantadora perspectiva clau.stral. los conyentos En San Pedro Alcántara pintó para el presbiterio un San Antonio Pad~an,o de