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- 82 - hubieran fallecido antes que á la violen– El cnntagio cia de la peste, á los filos del hamlire. en Antequera,Presto quiso nuestro Sefior premiar el celo j caridad de estos dos PP. pues á los·ocho días de estar sirviendo en el hospital fallecieron del contagio. Fueron á suplir la falta de estos dos héroes los PP. Fr. Diego de Guadix y Fr. Teodo– ro de Sevilla, los que también consiguie– ron el premio de su trabajo, muriendo en dicho carit11tivo ministerio; y es de advertir, que aunque en algunas partes se le llama Fr. Tadeo, es por equivoca– ción, pues hasta entonces no había to• mado el hábito ningún Tadeo entre no– sotros. Muertos estos dos PP. en la asis– tencia de los apestados, los reemplaza– ron otros dos PP. que fueron Sebastián de Sevilla y Alonso de Iznájar, los que tanJ bién fallecieron á violencia del mal. El contagio penetró en el convento, hi– riendo al P. Fr. Alonso de Oáceres, pre– dicador, por lo que fué preciso tabicar y aislar la enfermería, dándole salida á la huerta. Para las asistencias del P. Alon– so fué nombrado el hermano Fr. Bue– naventura de Tuy, religioso lego, que había pedido con instancia asistir á los del hospital; al segundo día de haber entrado, se sintió también herido del ac– eideute, y al tercero víspera del Corpus, falleció, siguiendo en su carrera al dicho P. Fr. Alonso de Oáceres, que murió I·Ic-roisºmo de unas horas antes. Por muerte del her– lo~ capuchi- mano Fr. Buenaventura entró á ser eri– nos. fermero el hermano Fr. Oristobal de

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