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- 74 - ra, se arrojaron á ella sujetos de la pri– Le cortan á mera distinción, y le cortaron á pedazos pedl!-zos tres el último hábito que se le había puesto hábitos ' · ' · · 'fanta fué la fama de santidad con que murió!. (Id. 408.) Luego que al cadáver se le dió sepul– tura, fué el Prelado con otros religiosos, como es costumbre, á la celda del di– funto, para recoger y éxaminar lo que en ella había. Nada se halló digno de aprecio, porque siempre vivió como verdadero pobre; pero sí se hallaron es– critas y firmadas de su mano las cartas circulares con que se avisa á los con– ventos la muerte de los religiosos; y pa– ra que se sepa su contenido, pondremos aquí la que iba dirigida al convento de Jaén, y juntamente la posdata que escri– bió al pié de .ella al Guardián de Gra– nada. (Td. 409.) •Al R. P. Guardián de Jaén=Previe– ne esta carta el conocimiento de mi mu– cha y estremada necesidad, para que se cierre y remita á V. C. el día que nues– tro Sefior fuese servido de mandará mi alma salir de esta vida; por lo cual su– plico á V. C. cuán encarecidamente pue– do, que exhorte á su santa familia me hagan ia caridad acostumbrada, como yo la he hecho á todos los que han muer– to en mi tiempo, y me encomienden á Dios muy de veras. De todo me hallo necesitado y fío mucho en las oraciones Ca:rtas ¡¡ u e de V. C. y de sus religiosos, á quienes deJÓ escritas. V O h d . a· l d . . . se a e servir pe ir es e m1 par- te perdón del mal ejemplo que les pue-

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