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- 72 -- p,,.- -·. ~.:.s.-.:.s.-.:.s.-.:.s.-.:.s.-.:.s.-.:.s.-~, 9..:.S-:.:.S.-.:..S:-~ Desde que cayó en la cama, se empezó sn última en- á disponer para morir; y aunque todo el fermedad. tiempo que vivió se empleó en aprender el modo de morir santamente, en sus úl- timos días eran tan fervorosos los actos de fe, de esperanza y caridad que hacía, y tan dulces las jaculatorias que prefería que con ellas inflamaba en el divino in– cendio los corazónes de cuantos le asis– tían. Mandó el médico que se le adminis– trasen los Santos Sacramentos que reci• bió con mucha devoción, pidiendo per– dón primero á todos los religiosos de los malos ejemplos que les hubiese dado. Pi– dió también al Prelado le concediese un hábito viejo p1;1ra mortaja de. su cadáver, y que á este se le diera sepultura en la bóveda de la Capilla de N.S. P. S. Fran– cisco, todo lo cual le otorg9 e·t Prelado. Hizo también en manosile éste la desapro– pia, si bien no tenia de qué hacerla, por– que siempre vivió como hijo verdadero del padre de los pobres, siendo celocísi– mo, así de súbdito cómo de prelado, de esta peculiar ,virtud de nuestra Orden. Agravóse mucho el V. y á hora de Maiti· nes, en que principió el día 23 de Mar– zo del año de 1676, entregó su. alma en manos del Criador, dejando á todos con grandes y muy fundadas esperanzas de que subiría en ellas á gozarle por toda la eternidad. (Cron de (Gran. 407.) Apenas expiró el varón· de Dios con será media noche, tiempo en que no po– su santa !l1Uerte. dían haberlo publicado los religiosos con- tnovida toda la Ciudad; se empezó á oir