BCCCAP00000000000000000000608

- 64 - ciado á muerte es inocente, y á mi como Apela á Gra- ministro de Cristo rne toca defender la nada. inocencia; por lo que si en V. E. hallo repulsa, iré á tribunal superior, á que me oigan, y confío en Dios, que he de ser oido. No se dió por entendido el Du– que, por lo que el sentenciado apeló á la Chancillería de Granada por consejo del P. Bernardino. Este fué á procurar la libertad de su protegido, y allí trató el asunto con algunos de los Señores; estos informados de los autos, le respondie– ron, no poder condescender con lo que les pedía, porque como en fuerza de los autos estaba bien dada la sentencia, aun- . que <lieran ellos asenso á sus extrajudi– . ciales inform_3s y quisieran revocar la sentencia de muerte, nada adelantaban, sino quedar mal con el Duque; porque luego que este Hevaee los autos al con– sejo supremo, quejándose de agravio an– te el Rey, habían de mandar ajusticiar al caballero. Maá Pilra que conociese el P. que deseaban servirlo, lo que podían hacer era retardar ver los autos,'mientras que S. P. M. R. solicitaba con el Rey le concediese indulto al reo, perdonándole la vida. (Oróri. de Gran. 398.) Mucho apreció N. V. P. el arbitrio, y sin perder tiempo le escribió inmediata– mente á la Reina (quien tenía formado de N. V. un altísimo concepto), expo 0 niéndole con cristiano y religioso celo E•?ribe á la que aquel caba.llero se hallaba en la rea– Rema. lidad inocente; y concluyó suplicando se dignase S. M. interesarse con el Rey,

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz