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- 59 - Rey, con lo cual se sosegó aquel día el • ' 1 ~nmulto. (Id. 389.) Presenta,clén Al siguient0, creyendo los, caballeros del mism9. veinte y cuatros y la demás nobleza de Grapada que se había extinguido ya en los ánimos del pueblo el odio con que el día antes miró al Corregidor depuesto (que se hallaba refugiado en el convento de Sán Jerónimo), determinaron juntar- se todos, pasearlo á caballo por la Ciu dad, y volverlo á su puesto, persuadidos de que (ll pueblo respetaría á la nobleza que lo acompanaba. Así se ejecutó; pero experimentaron muy á su costa lo erra- do de_ su discurso, po.rque apenas Sl;l divulgó pqr la ciudad lo que la nobleza ejecutaba, se pusieron en arma los más de los vecinos, y en confuso tropel dis- currían por las calles, buscando al Corre- gidor y á los que le acompafiaban, con ánimo resuelto de vengar en todos sus iras. Oercfl de la Catedral los alcanzaron y no fué poca f~rtuna, porque en ella y en el Palacio Ar•zobispal hallaron donde refugiarse, para salvar sus vidas•. Deshe- cha la autoridad, y confiada la plebe en su poder y en que por entonces no ha' bía quien pudiese resistirla, echó como suele decirse; el pecho al agua, no hizo caso al Arzobispo, ni al Presidende, ni á oidores, y saqueó cuanto pudo, hacién- dose fuerte con grandes prevenciones de , armasen el campo del príncipe y en el del triunfo más de doce mil hombres. Nuevo motin , · f . y saqueo. Fué aquel día de tan horrible con mnón para Gra,nada, que compadecido el Ve-