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- 55- bra d¡:i mencha y así fué voz cotinin que tan virgen como salió del vient.re de su Sus ayunos. su madre á cursar la carrera de la vida, llegó á term.inarla con la muerte. ' Su penitencia y la austeridad con que trataba á su cuerpo era singularísima. Ayunaba todas las cu~résmas que Nues– trc, S. Padre S. Francinco observaba, y en. los dfas que. no eran de.ayuno toma- • ba una comida tan párca, que apenas has– taba para maqt13nerE>e. Las disciplinas · que se daba, fuera de lns que en comu– nidad se aco.stumbraban, las tomaba á · deshora de la noche y en sitios retirados donde solo Dios las oyeru. Siempre an– daba descalzo; y cuando andaba de cami– no, aun siendo Provincial, jamás quiso .. montará caballo,.sino siempre fué á pié Su pobreza. como la regla nos lo manda. Fué celosísimo de la santa pobreza en cuyo obsequio siempre vistió un hábito viejo, Y.. se gloriaba en carecer de tódo cuanto el mundo apetece. Por esta razón en las ocasiones que fué prelado wayor de esta provincia, prohibía con seriedad á su compañero y secretario que sílcasen de los conventos ni un pedazo de pan, que comer en el camino, confiando siem– pre en que l.a divina providencia los ha– bía de socorrer, como repetidas vec;es lo experimentai·on. (Qron de Gran. 394.) tliendo la humildad · tan hermana de la pobrez(t voluntaria, no podia estar ausente aquella del corazón en crue ésta " h 'Jd l vivía tan arrnigada; y á qué extrémo lle- ·· 11 lllm ac ·. gó su humildad lo declara el hecho si-

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