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- 47-: "'&.-:5)-:5)-:5)~-S-:,&.-S-:,'5-:-'5-:-G':-&.~ los ame~os jardines de la eternidad, don- <le (como piadosamente creemos) se ha- Lo envían' /1 tla colocado, le envió un mortal acciden- Granada. ' te del que postrada su debilitada na- turaleza, cayó en la cama, no pata que le sirviese de .descanso á su mortificado cuerpo, sino para en ella hallar con s~ mucha paciencia nuevo modo de mere- cer, y por consiguiente d~ áspirar á lapo- . .sesión de lo8 eternqs premios~ Administráronle los Santos Sacramen– tos que recibió con mucha devoción su– ya y edificación de cuantos á aquel acto asistieron; y viendo el prelado que por .instantes se' iba agravando el enfermo, sefialó religiosos para que lo asistiesen constantemente. La noche en qne mu– dó, cerca ya de las once, llamó á dos co– ristas que le asistian y les rogó que se re– cogiesen un rato, y que en tocando á maitines volviesen. Los coristas, como, lo veian tan falto de alientos, que apenas podía por sf solo moverse en la cama, no queriari retinJ,rse, por no faltar en tanto padecer á cosa que püdiera darle alivio; pero instándoles encarecidamente Fray Melchor, se retiraron; volvieron á las .do– ce y vieron con asombro que el enfermo había dejado · 1a cama y estaba tendido en el suelo, cruzadas hs manos, juntos los piés, puesto ei capucho, y el hábito también compuesto, como si con mucho éstudio y primor!lo hubieran amortaja- , ' do. Llegaron á él y hallándolo difunto E'nferma .de , ' ' peligro ~uedaron llenos de espanto de ver que . los había desviado de su presencia, para,