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-- 378 - concurso le respondían; y de esta suerte Se rezaba en iban hasta la Iglesia, rezando el rosario todas partes. por el alma del difunto. Este, pues, ar– dentísimo devoto, considerando que su compafiía espiritual ó coro del Santísimo Rosario, no tenía la asistencia necesaria, por estar situado en ~na casa particular, alentado por el P. Pablo, deterrniuó la– brar una capilla. Sin tener más fondo que la bendición de su Padre espiritual, ni más caudal que una firmisima con– fianza en la liberalidad divina, dió prin– cipio á un empefio de tanta monta: jun– tó alguna limosna, compró el sitio, y congregándose los hermanos de aquel rosario cierta tarde, asistiandó también nuestra capuchina comunidad y nume– roso concurso del pueblo, por comisión de su Ilustrísima y con las acostumbra– das ceremonias, pus0 la prim~ra piedra para el edificio el R. P. Fr. Diego de Albacete, Guardián entonces de nuestro convento de Cádiz. Empezóse la obra y con facilidad se concluyó, qued1mdo fabricada una hermosísima capiIIa con dos puertas, y en ella dos portadas de mármol bellísimas, su sacristía y cuarto alto, para que ec él asistiese un sacer– dote que cuidase del rosario. Dedicóse con solemnidad y se le puso por título nuestra Señora de la Bendición de Dios, á donde los fieles han experimentado h€ndiciones muchas repartidas de la Di- s 1 d d . vina liberalidad, , por, las piadosísimas ª ·ª e ¡can d M i s· i . . d capillas. manos e ar a ant s1rna, sien o m~ frecuentada de todos, así por la devoeión

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