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- 371 - ií,"':.:S, @.@.@.@..:S:@.@..SS.S:-@.@.'--5). misionero apostólico; y entre los dos co- menzaron gloriosamente la misión del Lo neva á 1a obispado,' donde fueron innumerables visita. las almas que convirtieron al Sefior, las enemistades que compusieron, los odios · · que apaciguaron, los casamientos de amance~ados que ordenaron, y final– mente los vicios que arrancaron y vir– tudes que introdujeron\ y esto á costa de muchas penalidades, fatigas y can– sáncios que experimentaron, como más adelante veremos. CAPITULÓ XXXI Devoción especialísima <ie nuestro v. á María Santlsima r-._ rande fué Fr. Pablo en todas sus \:1 exce~encias; graude en su caridad, grande en su pobreza, grande en su pre– dicación; gran4e en su celo; y en todas las demás virtudes grande; pero fué grande sobre todo f'n la devoción de la purísima Reina de los Angeles. Era tan grande la devoción amorosa, el ca– rifioso afecto, y el amor ternísimo, que Fray Pablo tenía á María Santísima nuestra Sefiora, que continuamente le tributaba mil obsequiosos cultos. No había ocasión que su carifio omitiese el D . 6 d 1 1 b l d . l . l evoc1 n e ce e rar y ap au 1r con e og10s mue 10s v. á la Vfrgen , á la serenísima Reina de los Angeles.