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-- 362 - dos de la misericordia; hay otros tan gro– Prnvidencia seramente villanos, que más que de la divina misericordia son llevados de la justicia; y así en lo§ dos por encontrados en los dictámenes, unió el Señor con misterio la justicia y la misericardia para.que en su predicación hallasen todos remedio. En predicar misiones por el arzobis– pa fo de Sevilla, se ,ocupó Fr. Pablo con su compafíero dos afíos seguid;)S, que se contaron desde el año de 1687 hasta el de 1689, en los cuales anduvo muchísi– mas <·iudades, villas, lugares y 'aldeas. Convirtió á Dios en este tiempo muchísi– mas almas, sacándolas de las fuertes ca– denas en que el demonio aprisionadas las tenía, haciéndolas de esclavas de Sa– tanás hijas adoptivas de Dios, compo– niendo muchos bandos y enemistades, apartando de su impuro y torpe comercio á imnumerables amancebados, haciendo copiosisimas restituciones, sacando del inmundo cieno de la lascivia á otros mu– chos, imponiendo á otros en la oración mental y ejercicios de virtud y finalmen– te, cultivando el espacioso jardín de la cristiandad, arrancando de él la pernicio– sa yerba de l9s vicios, y en su lugar plan– tando las flores de las virtudes. Cuando entraban en el lugar doude iban á dar la misión, la primera diligen– cia era ir derechos á la iglesia, como ver– daderos imitadores de Jesucristo, que Recorre la cuando entró. e~1, Jerusalen para enseñar Andalucía. al punto d1r1g10 sus pasos al templo, acompañado del pueblo que le seguía y