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- 355 -- venía á Fr. Pablo., y él los componía; si los hermanos, por la partición de ~a he- .Fné pacifica,– redada hacienda .. se hallaban encontra- dor de tódos. . . ' dos, venían á Fr. Pablo, y él los ajusta• ha; si los casados por algunas desazones refiían, 'venían á Fr,. Pablo, y él los vol– vía á su amistad antigua, y finalmente era un iris de paz que Dios había pues– to en la Iglesia, para que toJos por su medio, consiguiesen la tranquilidad más pacífica, llevándoae por esto á las veces muchas desazones y disgustos, los cua- 1 les posponía á la salud de l,as almas, t~nto. que por sacar él á un hombre de pecado, padecería, si fuera menester, pe– nas, disgustos, pesares y tormentos muy crecidos. Fr. Pablo, con las aguas do su caridad, no sólo sacaba las almas del as– queroso y vil estado de la culpa, sino que también procuraba hernwseiúlos con soberanas virtudes. Aconsejábales . que se ejercitasen en la oración, f9rtísi– mo muro contra los soberbios asaltos del demopio; y los exhortaba á que des– preciando las pompas vanas, castigando el cuerpo y ejercitandola virtud, corrie– sen por el. camino de la perfección cris– tiana. Si tenía noticia de que alguna per– sona ó no asistía á los sermones, ó no oía misa, ó no frecuentaba los templos, por falta de vestido á su estado compe– tente, lo má~ presto que podía le busca– ba lo necesario, para que rota esta cade- na que la ligaba, á la Iglesia con liber- 001 .,, 01 bien tad asistiese. ' de lo,s almas. En una oyaeión estaba una mujer que- ·