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- 354 - si eran personas que ';38 podían casar, Persigue la les rogaba que contrajesen el santo ma– torpeza. trimonio, y solicitaba todos los medios necesarios para este fin, hollando difi • cultades, venciendo imposibles, .Y des– viando peligros; y de esta suerte fueron innumerables los que sacó del abismo de la culpa. Si no podía conseguir que se casasen, disponía que se dividiesen usando para esto ya de agr·adable cari– fío, ya de sevBridad rigurosa, con lo c,ial consiguió innumerables conversio– µes de almas que por muchos años apri– sionadas en la villana cadena de la sen– sualidad, lograron la libertad má8 felíz. No sólo del cieno de la lascivia sacó á muchos, sino que también de I otros re– prensibles vicios, poqm:, como era uni– versal el odio que á la culpa le tenía, así era universal remedio para los vicios to– dos. Si oía maldecir á alguno, al punto ásperamente lo amonestaba; si oía mur– murar á otro, al instante discreto lo co– rregía, variando la conversación ó ha– blando bien, 6 excusando al ausente, de quien se murmuraba: si veía algún ir¡¡– cundo, con gran dulzura lo amansaba; si sabía que había enemistades entre al- .gunas personas, al momento los recon– ciliaba, siendo casi infinitas las amista– des que hizo, los. odios que apaciguó, y los rencores que compuso; y así venían . a él los que en las enemistades ,querían combate 1 éomposición, para que los ajustase. Si á la vicios. os doncella, por haberse casado á disgusto de sus padres, le negaban estos el habla,