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- 353- ;,.:.s.,..:s.,.:.s:,.:.s.,.::..s:,-:.s~:.s:-.:s.,.:.s.-.:.s.-:.s:s:-:......~ ser el primero que le entregase su honda; unos se la daban en la mano; otros se la Pr0di0a 1a echaban á lo.s pies; este por cimá de las paz. cabezas de l9s otros la arrojaba; aqt1él ·por entre la gente la despedía; y todos .con prontísima obeq.iencia se .las entrega– ron; las cual~s recogió el caritativo varón y entonándo el rosario de Maria Santísi– ma, vino al convento con toda aqueUíl. turba de gente, cantando. alabar;,.zas á la que siempre fué pura; y .el virtuoso va- · rón entregó la~ hondas, que pasaban de .trescientas al Prelad0. . . . Se habían también introducido eo Oá– diz mil cantares deshonestos: opúsose Fr. Pablo á este infernal abuso, predicó contra él, y del todo. lo desterró, introdu- . cien<lo en su lugar cantos divinos en elo– gio de María Santísima; y cuando encon– traba á los. ru.uchachos .··er1 la calle, les aconsejaba que nunca más cantasen co- 1 plas deshonestas, sino que se divirtiesE<n con los cantares sagrados, que él les daba á cantar. · De este antecedente de. Pr. Pablo, opuesto tanto á los cantares impnros, se pUede de{iucir la oposición que tendría á la torpeza, y la caridad con que pro- cüraría, llevado del celo de las almas, sacar de tan cenagosfl .inmundicia á los que en ella vivfan. ApElnas tenía noticia de algún amancebamiento, cuando vo-- laba á solicitar el remedio; he:blábales CIU'iñ.osamente procm·ando con sua vi- De 5t ierra 10 . 8 ' . · cantos las.c1- dad y blandura sacarlos del dehto, y si vos. esto no bastaba, reorendíalos fervoroso: · ~ -4, ' 2¡¡
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