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- 28 - mucha; y aunque para consigo mismo sus muchas era rígido y austero, no por eso les nega– virtndes ba alivios necesarios. Fué observantísi– rno de !& pobreza santa: en la asistencia al coro y demás actos de Comunidad fué puntualísimo: su oración fué al parecer contínua, pues siempre andaba retirado del comercio de los seglares y aun de los religiosos. Tenía en su celda !a. imagen de un Niño Jesús, durmiendo sobre una calavera, y esta era su enamorado, á quien decía muchas ternezas, expresivas de su amor; á la' que el niño le corres– pondía muchas veces cariñoso, como lo testifican algunos relig1osos que lo oye– ron. Con estos, y otros favores que el Señor le comunicaba en la oración, se fué preparando y disponiendo, para el viaje á la eternidad, hasta que á los 69 afios de su edad y 50 de capuchino en– fermó, gravemente; y habiendo recibido los Santos sacramentos descansó en el Señor, dejando muchas señales de su eterna felicidad. (Cron. de Gran. 372.) En el convente de Cádiz falleció en el mismo año el P. Dionisia de Oordoba, predicado;, ·que se llamó en el siglo Don Bernabé de Aguayo hijo legítimo de Don Alonso Aguayo Villalobos, yde D.ª Ma-, ría de Reynoso Maldonado que era de las familias más ilustres de aquella ciu– da<l. También murieron en dicho con– vento el mismo año de 69 el hermano Fr. Alonso de Martos, religioso lego y el E.l P. Felipe P. Fr. Felipe de .Córdoba, predicador. de 06rd0 b", Este llamóse en el siglo D. Cristóbal 'fa-

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