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149 - tar mayor de nuestra Iglesia de Qá('!iz los cµadros pintados por Mnrillo en la Su caída dél biblioteca, éste dirigió las obras de áiba· anJla,mio . .fi.ilería y carpintería, para que los lienzos no perdieran nada dfJ su bgen efecto. Llevando á cabo una de estas operacio- nes en elanaamio puesto delante del al- 1 1 tar ti:layor; para la colocación del cuadro de santa Catalina, tropezó, perdió pie y .. tuvo la desgracia de caer al suelo. Visi- tado por los médicos,. estos le,apreciaron entre ligeras .erosioms, un m·agulla- miento general en todo el cuerpo, qué . 1 podía· poner en peligro su preciosa. fxis– tencia. Con esta oaída se le agravó tam– bién notablem~nte una relajación ó her– nia que padecía, caµsándole á veces do– lores tan considerables, que Murillo se persuadió bien pronto de qQe se aproxi– maba su muerte; y podo ruismo, pidió que lo trasladaran á Sevilla, para dispo– ner dé sus bienes y morir entre los suyos. ¿Cómo hizo este viaje? ¿Lo trajo algún . barco de las familias Colarte ó Violato?' ¿ Vino en alguno de' los hergantinesque continuamente andaban de Sevilla á Oá– diz y vicever~a? No lo sabemos; pero sí .es cierto, según consta en los pápeles del archivo provincial, que nuestro Padre ValNerde, Guardián de los capuehinos de Qádiz, acompañó á .Sevilla al Mafstro Murillo enfermo, aunque no detallan di- . chos manuscritos, si fué en el primero ó, en el segundo de los vü¡jes n:í.encionados V110,1ve ~~rrr· • anteriormente, qüe tuvo el P. Valverde mo ,, Sevil a. precisión de hacer á Sevilla; para unirse
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