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Probttbilida des. - 148 -:- todos los vocales, que en ella aprueban y e 1 ogian la cónducta del P. Valverde en un asunto que le encomendó el P. Pro- vincial. La segunda vez vino á mediados de Marzo para unirse con su compañero de definición y marchar juntos al capítulo Provincial, que se celebró en Antequera el día 24 de Abril, en el que salió elegido P. Provincial el sobredicho Guardián de Cádiz. En cual de estas ocasiones ac.om · pañó á Murillo enfermo, no lo dicen, (ni tenían para que decirlo), las actas defini· toriales; pero es cierto que en una de esas dos ocasiones volvió el gran artista á su patria, para morir en ella. Si vino en la primera, mediaton tres meses en - tre la muerte de Morillo y la caída que después diremos; y si fué _en la se: gunda, no mediaron más que dieciocho ó veinte días entre ambos tristísimos su– cesos. De todo esto resulta, según nuestro cálculo, que la estancia de Murillo en Cá– diz oscila entre 12 y 17 meses. Lo menos que estuvo fué un año mal contado; y lo más que se pudo prolongar su estancia fué año y medio aproximadamente. Pe• ro d_ejando á otro más desocupado que yo, averiguar con certeza cuanto tiempo estuvo Morillo entre los gaditanos, y en· cuantas casas, y para cuántas familias pintó allí, sigo mi historia con los datos C~lcnlo apro· que me suminietran los manuscritos de x1mado. l d a or en. Cuando se fueron á colocar en el al-

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